El lince ibérico anda enredado en sus amoríos invernales. Buena época para avistar a este amenazado felino. Muchas horas de espera son necesarias para poder ver al rey de nuestros gatos. En la mayoría de las ocasiones simplemente aparecerá en nuestra foto como un elemento más del paisaje. A veces, muy pocas, su majestad concede una corta audiencia y nos permite disfrutar de su presencia a corta distancia. Momentos que se nos quedan grabados en la retina para siempre y que compensan con creces las largas esperas.
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